La esencia del amor de Oaxaca, la pasión de la naturaleza, la artesanía ancestral y el aroma de la tierra se destilan en cada gota de mezcal que gira en el vaso.
Desde que nos enamoramos del mezcal, nos negamos a explicar en exceso las razones. En realidad, no había razones, ni historias atractivas, solo el impulso de “mezcalizarnos”. (Si no lo has sentido, lo harás).
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Sin razones, solo musas: la grandeza del maguey y la estética atemporal de la sofisticación Art Deco promovida por Porfirio Díaz (nacido en Oaxaca).
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Y luego está la reflexión sobre los orígenes: rusticidad, condiciones extremas, incluso dolor; cómo los productores artesanales de pequeños lotes lograron superar tres siglos de prohibición colonial refinando recetas clandestinas de generación en generación.
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Nacida en el corazón de la tierra del mezcal, Matatlán, Oaxaca, la familia Santiago practica esta tradición ininterrumpida en cada botella de Delirio. En ellas imprimen su carácter audaz pero delicado. (Lo entenderás cuando lo pruebes).
Mezcal Agua Bendita se forma de un ensamble de dos tipos de agave, Espadín y Madrecuish, esta combinación hace que su sabor sea único y especial. Con sus aromas florales y frutales que lo hacen refrescante y con personalidad suave, tiene un sabor duce, floral y con ligeros toques de vainilla.
En sus dos presentaciones hace que este mezcal sea reconocido por los conocedores. El Agua Bendita 38° es suave y agradable solo o para mixología y el Agua Bendita 45° mantiene sus toques dulces pero son la fuerza de un mezcal robusto.
Urakán representa toda el conocimiento y experiencia ancestral para la creación del mezcal de nuestros maestros mezcaleros de Oaxaca, haciendo de este un mezcal suave pero con sabor y elegancia, ideal para disfrutar solo o en la elaboración de cocteles de todo tipo.
Con sus dos presentaciones, para gustos sencillos o fuertes, Urakán hace que el mezcal cruce fronteras y llegue a todos los paladares.
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